Surcando los mares
Imagine escapar de la rutina y dejar todo atrás, levar anclas y hacerse a la mar. Un nuevo superyate plantea la experiencia de navegar en un complejo flotante de apartamentos de lujo por todos los océanos del planeta.
El plan es que el MY Njord zarpe en 2025 para no volver a atracar. Los huéspedes son invitados a unirse en alta mar, allá donde en ese momento se encuentre la embarcación. Esta experiencia es una modalidad de crucero cada vez más en boga y permite a sus clientes nuevas maneras de evadirse de la rutina.
"El tamaño importa. Hay que buscar el balance perfecto de huéspedes para crear el tipo de comunidad adecuado", explica Alain Gruber, Presidente de Ocean Residences Development.
"Por eso esta residencia flotante se ha construido para albergar mayores apartamentos, con cocinas abiertas y orientación al mar. No debe olvidarse que los compradores de estos apartamentos son clientes muy ricos y exigentes, con estándares muy altos y afán de relajarse solo en compañía de sus semejantes".
Sin embargo, Gruber no está vendiendo una ostentosa propiedad frente a la playa. El Njord ha sido diseñado por el aclamado arquitecto naval Espen Øino y representa a una nueva generación de embarcaciones residenciales. Sus 117 apartamentos abarcan desde dos camas hasta tríplex multimillonarios de unos 850 metros cuadrados. El conjunto plantea una nueva visión de casa móvil que surca los mares perpetuamente, con un calado que le permite navegar por los principales sistemas fluviales del planeta. Su casco reforzado contra el hielo le permite atravesar las aguas más bravas y sus spas, cines y restaurantes de lujo ofrecerán todo lo preciso para hacer la travesía más cómoda. La mayoría de los propietarios disfrutarán probablemente algunos meses del año a bordo, aunque se calcula que una quinta parte de ellos vivirá allí permanentemente.
Por todo ello, y pese a estar dirigido a una clientela muy específica, no es de extrañar la expansión de este mercado. Por ejemplo, a mediados de 2024 es probable que se lance el Somnio, de 222 metros de eslora. Aunque este proyecto de 500 millones de euros poseerá solo 39 apartamentos en seis cubiertas, sus promotores ya estudian la posibilidad de construir otras dos embarcaciones que ofrecen su propia versión de barco residencial ideal.
Pero el tamaño no es lo único que distingue a estos barcos. El Njord también tiene su lado filantrópico e incluye un laboratorio, una estación de investigación atmosférica y un equipo de científicos a bordo que estudiarán los mares. Hasta la fecha se ha cartografiado menos del 10% del fondo marino y los dos minisubmarinos del Njord ayudarán sin duda a esta tarea. El Somnio, diseñado por VARD, Winch Design y Tillberg Design, apuesta por la estética, con líneas largas y esbeltas más propias de un superyate. De hecho, ya se afirma que promete ser el más grande del mundo.
"Debo reconocer que me quedé boquiabierto cuando oí hablar por primera vez de un concepto tan exótico como el del barco residencial. También es interesante ver que en el mundo de los cruceros de gran envergadura existe una demanda creciente de navíos algo más pequeños", apunta Erik Bredhe, que ha ideado Somnio y capitaneará esta embarcación. "Aunque esta nueva generación de barcos residenciales también permite experimentar la vida en alta mar, existe una clara diferencia en el lujo, el nivel de servicios y la sensación de espacio, libertad y propiedad que estas ofrecen".
Hay que hablar, además, del estilo. Luca Boldrini, cofundador de FM Architettura y principal diseñador de interiores del Njord, plantea detalles sorprendentes como cascadas, escaleras centrales elípticas, un área expositiva y una biblioteca, y nos recuerda la diferencia entre vivir en un apartamento flotante como este y en otro inmerso en una ciudad bulliciosa.
"Es fácil sentirte aprisionado en tu residencia urbana, por muy grande que esta sea", explica. "Pero aquí, estamos en el mar, con todas estas vistas y esa luz increíble. Pretendemos crear una conexión entre los espacios interiores y exteriores para que los propietarios se sientan tan a gusto en las terrazas públicas como en sus propios apartamentos. Se trata de hacer todo esto sin renunciar a darle un aire hogareño".
"Esto es esencial, sobre todo porque la mayoría de los cruceros se diseñan para funcionar como un parque temático", ríe Espen Øino. "Para mí, la verdadera diferencia que encuentro en estos barcos residenciales es su densidad de ocupación. En relación con su tamaño, el Njord, por ejemplo, tiene muy pocos pasajeros. Se trata de casas privadas personalizadas al gusto de sus propietarios, con el atractivo de viajar sin cambiar de cama cada noche. Es como el MS The World con esteroides".
Øino se refiere al crucero MS The World, punta de lanza de este nuevo sector turístico, donde Bredhe ejerció de capitán durante siete años. Veinte años después de su botadura, el The World sigue navegando y al parecer sus apartamentos continúan revalorizándose. Diseñado originalmente con apartamentos de propiedad y de alquiler, más tarde quedó claro que solo un enfoque de propiedad exclusiva podía proporcionar el modelo económico viable para formar una comunidad ideal a bordo, punto fuerte de esta experiencia. Finalmente, los propietarios organizaron una operación de adquisición para acabar con los alquileres.
"Básicamente, lo que ofrecen The World y los barcos que le sucederán es la oportunidad de llevar tu casa por todo el mundo, evitando las complicaciones de tener un yate propio: los costes de mantenimiento y funcionamiento, la programación, la búsqueda de la tripulación adecuada y los mejores chefs, etc.", dice Pamela Conover, directora general de The World Residences at Sea y ex presidenta de Cunard. Su lógica puede resultar especialmente tentadora para los magnates asiáticos, para quienes tener un yate privado no se ha puesto de moda aún.
"Claro está, sigue siendo una forma muy lujosa de viajar", añade Conover, "y una manera estupenda de acceder a lugares muy remotos...".
Picture credit: Winch Design, Luttenberger Design