El imperio Marshall

En el festival SXSW de Austin en Texas convergen en plena vanguardia tecnología, cine, música, educación y cultura. Se trata de un lugar donde se habla abiertamente de la Web3, sobre los NFT y de la IA y, además, donde la gente, en su mayor parte, entiende del tema. No es un escenario para viejos rockeros en busca de la psicodelia de los 60, así que llama la atención encontrar aquí una empresa de amplificadores de guitarra vintage.

Pero es que según parece están intentando cambiar la industria musical. Marshall[1]  es un nombre que se funde con los de las superestrellas del rock and roll desde los primeros días de Jimi Hendrix. La empresa fue fundada en 1962 por Jim Marshall, un londinense dueño de una tienda de baterías. La empresa desde entonces ha creado amplificadores locamente ruidosos con una distorsión y un crunch chisporroteantes y que todo el mundo codicia. Los amplificadores Marshall producen el famosísimo "sonido Marshall" y sirven de apoyo a las bandas más grandes en los escenarios más grandes, lo cual no está nada mal para una casa con menos de 200 empleados y situada en un anodino polígono industrial británico.

Pero basta de mirar atrás, porque ésta es una marca que está moviendo el dial... hasta el 11 (sí, eso que puede verse en la famosa escena de Spinal Tap es un amplificador Marshall). Empieza por nutrir a los nuevos y diversos artistas proporcionándoles el equipo necesario para que alcancen su potencial y pagándoles adecuadamente en el proceso.

La marca al desnudo

Marshall Records[2]  es el hogar de una ecléctica lista de aspirantes a artistas de todos los géneros, donde el punk antiestablishment escolar de Gen and the Degenerates[3]  y Noah and the Loners[4]  se encuentra con el pop reflexivo, el trap metal grime y mucho más. Su fichaje más sonado hasta la fecha es Nova Twins[5] , un dúo británico de rock femenino negro de ascendencia iraní, nigeriana, jamaicana y australiana que fue nominado para el codiciado Mercury Prize el año pasado y que este año ha actuado en el enorme ‘Otro Escenario’ de Glastonbury.

Pero lo que realmente diferencia a Marshall Records son los derechos de autor que paga en comparación con las grandes discográficas. Con tanta música desechable dominando las plataformas de streaming, Marshall intenta perfeccionar el oficio y la longevidad de sus estrellas de base ofreciéndoles equipos icónicos, un estudio de última generación en el que grabar e incluso apoyo en las giras desarrollando también las carreras de los técnicos y de los promotores musicales.

"Tenemos una política muy favorable para los artistas: pagamos derechos del 75% desde el principio. La mayoría de los sellos no pagan más del 50% y con largas retenciones sobre los derechos principales", explica el director musical de Marshall Amplification, Steve Tannett. “Nos interesa más acompañar a los artistas en su viaje y, si quieren quedarse con nosotros, estaremos encantados de que lo hagan".

"No ponemos restricciones en nada de lo que hacemos. Por ejemplo, no insistimos en hacernos con los derechos de publicación de música. Todo lo que hacemos está dirigido a los artistas, porque creemos que los protagonistas del futuro provienen de un desarrollo mimado y es de esperar que crezcan y se conviertan en grandes usuarios de Marshall."

"Lo mejor de un sello discográfico inconformista, en el que el precedente no es una máscara prefabricada, es que puedes poner tu corazón y tu alma en el rock and roll y en la música que corre por tus venas", dice el artista grime Kid Bookie[6]  . "Estaba al borde de la desesperación y yo no sabía que lo que quería era una discográfica, pero Marshall tuvo esa naturaleza forense de preguntarme quién era yo realmente. Y así es cómo aprendes sobre ti mismo y es entonces cuando llevas tus límites más allá y te esfuerzas al máximo".

"Esa es la razón por la que hacemos esto, ya sabes, la *** clase trabajadora punk. No es por nepotismo… es porque se trabaja duro bajo presión y esa sinergia con Marshall está en todas partes. Pones ese espíritu frente a esa naturaleza y tienes un cataclismo de locura controlada y todos funcionan bien con el caos organizado porque esa es la verdadera esencia de lo que es el rock and roll".

Tiempo de estudio

Situado en la sede central de la empresa en Milton Keynes, el Marshall Studio cuenta con una sala de directos lo bastante grande como para albergar un concierto para 250 espectadores. En un guiño a los orígenes de la empresa, este espacio se inspira en la tienda de baterías original de Jim Marshall, donde florecieron las conversaciones creativas con estrellas del rock como Pete Townshend de The Who.

También es aquí donde la recién creada Marshall Live Agency está ayudando a los técnicos y a los promotores musicales del futuro tras el devastador impacto que la crisis financiera de 2007/08 y el COVID-19 tuvieron para los escenarios. “Llevo 15 años en el sector y lo más habitual es medir el rendimiento de los agentes por las comisiones generadas", nos explica Stuart Vallans, director de Marshall Live Agency. "Marshall ha tirado todo eso por la ventana y su forma de hacer negocios no es así en absoluto. Los resultados de la agencia se basarán en cuánta gente servimos de inspiración para ver música en directo. Es increíble que nos respalden para hacer lo correcto y anteponer las necesidades de los artistas y las salas".

"Lo que hemos hecho con el sello discográfico nos ha permitido construir un estudio de grabación que en nuestra opinión es uno de los mejores de toda Inglaterra", añade Tannett. "Nuestras instalaciones de grabación y la Marshall Live Agency nos han permitido constituir una comunidad en torno a los artistas con la que podemos ofrecer algo diferente a otras discográficas".

La diversificación puesta en acción

Todo el mundo sabe que la industria musical ha sufrido su buena ración de reveses, lo que nos lleva a preguntarnos cómo puede Marshal permitirse todo esto. Y la respuesta es sencilla: gracias a un próspero negocio de auriculares y altavoces.

“Jim Marshall falleció en 2012 y la empresa no estaba en su mejor momento entonces. El crack financiero de los años 2007 y 2008 afectó a la industria musical unos cinco años después, así que tuvimos que diversificar el negocio", explica Alex Coombes, director general de Marshall Amplification.

“Empezamos a fabricar auriculares y altavoces de consumo, que tuvieron un éxito inmenso, y pudimos reinvertir ese dinero en el negocio de la música. Estábamos en una posición privilegiada y nos preguntamos cómo podíamos devolver algo de todo lo que habíamos recibido. Éramos afortunados. Teníamos beneficios y no teníamos deudas, así que decidimos hacer lo correcto. Obviamente, el beneficio es doble si los artistas aparecen sobre el escenario utilizando productos nuestros, pero nunca hemos pagado a nadie por hacerlo. La gente nos pregunta todo el tiempo. Pues bien, ¿saben qué? Nunca hemos pagado a Slash ni a ninguno de esos tipos por usar nuestros amplificadores".

La nueva imagen de Marshall también apoya iniciativas como la organización sin ánimo de lucro Women in Vinyl. Su objetivo es educar y empoderar a las mujeres, las personas con identidad femenina, no binarias, LGBTQ+, a las personas negras, indígenas y de otro color y otras personas marginadas que trabajan en el sector para crear, preservar y mejorar el arte de la música en vinilo. Mediante la financiación de programas de prácticas, educación y acceso a eventos exclusivos, el plan es que de todo esto surja la próxima generación de personas dedicadas a la producción, la ingeniería e incluso los propietarios y propietarias de las futuras tiendas de discos.

"El Marshall del pasado se centraba en el rock y el metal, y era una industria dominada por hombres blancos", afirma Coombes. "Lo que intentamos hacer hoy es aprender de aquello y superar los límites. Por ejemplo, algunas de las oportunidades que tenemos de trabajar con artistas trans son enormes y estamos intentando educar a la gente en que uno puede ser lo que quiera ser".

"Por eso Nova Twins acudió a nosotros… querían cambiar la percepción. Es muy importante que otras discográficas escuchen esto porque todos los días surgen historias sobre álbumes que no salen a la luz porque no se ajustan a las necesidades de los departamentos de búsqueda de talentos".

“Este espíritu no existía en los años 80 y 90. En aquel entonces era un negocio diferente", añade Tannett. "Yo busco la diversidad en la escena musical actual. A mucha gente del sector le cuesta entenderlo y dice que así no se hacen las cosas. Pues así es como lo hace Marshall y con un poco de suerte marcará la diferencia".

Crédito de la foto: Marshall