Alquiler de avión privado y vuelos a Montecarlo
Yates de lujo, diseñadores de moda y alta cocina, Montecarlo es la capital del mundo del glamur y la meca para la rica jet-set. Arropada entre las soleadas Riviera francesa e italiana en el paraíso fiscal del Principado de Mónaco, el patio de recreo de los millonarios desprende un sofisticado encanto. Disfrútelo: pida un presupuesto a Air Charter Service para alquilar un avión privado.
Visite la preciosa Catedral del siglo XIX (donde yace la princesa Gracia de Mónaco) antes de ver el ceremonial cambio de la guardia en el Palacio del Príncipe, la residencia oficial de la familia real. En las Terrasses de Fontvieille puede ver la colección privada de coches antiguos del príncipe Rainiero, abierta al público y con modelos de Ferrari, Maserati y Rolls Royce, así como el Lexus de la boda real del 2011. Los amantes de la acción deberían comprar entradas para ver el electrizante Mónaco Grand Prix, famoso por su atrevido circuito callejero, y codearse con los súper ricos en el Gran Casino de Montecarlo, que aparece en varias películas de James Bond.
Esta lujosa ciudad es un paraíso para las compras. Tire la casa por la ventana en tiendas de alta costura y en joyerías de alta gama en el exclusivo barrio de Carré d’Or, donde elegantes boutiques venden marcas como Hermès, Dior, Chanel y Cartier. Pruebe un pastel hecho a mano en La Chocolaterie de Mónaco, el chocolatero oficial del país desde 1920, y compre regalos con el sello personal del príncipe Rainiero en Manufacture de Mónaco.
Espléndida alta cocina es lo típico en Montecarlo. Los clientes pueden seleccionar personalmente su pescado fresco en La Marée, desde una azotea con vistas al Port Hercule, o ver cómo preparan cocina mediterránea con dos estrellas Michelín en la cocina abierta del restaurante Joël Robuchon. Más lejos, en el casco viejo de Mónaco, podrá encontrar el Marché de la Condamine’s, un fantástico mercadillo de comida, acérquese a Truffle Gourmet para bocados de inspiración italiana a buen precio. Asegúrese de probar el plato nacional de Mónaco, el barbagiuan, una empanada salada típicamente rellena de acelga suiza y ricota.
No es extraño que la ciudad esté llena de hoteles de súper lujo. Codéese con famosos en el Hôtel de Paris, un espléndido palacio Belle Époque con cocina con tres estrellas Michelín y con la bodega más grande del mundo. Puede rodearse de un ambiente glamuroso en Monte Carlo Beach, donde se junta la alta sociedad desde 1920. Para las familias nada mejor que el Fairmont Montecarlo con su fabulosa piscina en la azotea, y el Hotel Metropole, un tranquilo refugio con un balneario de primera clase.
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